marea

Abandonado

Acabo de descubrirme huérfano, perdido en un desierto sin sonidos, abandonado por el rock. Cara de cierta tristeza se me ha quedado tras escuchar el nuevo disco de Marea, mi antaño banda de cabecera y que ha puesto música al grueso de mis años en Compostela desde que una buena amiga me los descubrió. Porque he escuchado un rock predecible, característico del Kutxi y los suyos pero de inventiva baja, de una mediocridad palmaria. Y me invade una profundísima pena, porque eran mi último asidero después del naufragio del «Material defectuoso» de Extremoduro, que tan frío me dejó tras el subidón de su anterior «Ley innata». Sin mis esencias, la herida rockera cauteriza y las guitarras furiosas me expulsan de este planeta que tanto disfruté recorriendo en mis años mozos.

En el desamparo rockero, del que por ahora parece salvarse el trovador Sabina, me tocará vivir durante un tiempo. Duro destierro sin músicas paliativas. Será cosa de esperar el cambio de estación.

Venas de humo y patatas

Me la recomendó quien más sabe de esto de Marea, y la verdad es que ahora no me la saco de la cabeza. Debe ser que me conocen bien y saben qué perversiones musicales pueden hacerme disfrutar. Por cierto, sobre el nuevo disco «Las aceras están llenas de piojos», se me ocurre decir que el dvd del concierto de Barcelona está realmente bien, y que las nuevas once canciones… Bueno, hay un poco de todo. Las canciones de Marea ganan con el paso de los años. Ahora mismo estoy revolcándome en el «Besos de perro», que cada día me parece mejor disco. Desde el Romance hasta La Luna, hay docena menos una de canciones duras, sólidas, de rock del bueno. Esta es Venas de humo y patatas.
Venas con humo y palabras
(Kutxi Romero) 

La vamos a tener si no puedo dar trotes,
si quieres meter alpiste en mis barrotes,
y no hay dios ni fe que me discuta,
que me vuelvo muy hijoputa si me da…
prefiero tener vacío el comedero,
ya le tiraré bocaos al mundo entero,
luego miraré donde lo escupo,
se revuelve y yo me ocupo de mirar…

si no hay pa comer me subiré al manzano,
para verlas venir en un carromato
de cosas por hacer, de ciegos dando palos,
que la vida es muy puta y yo me he vuelto muy malo,
y si encarta soledad, pues soledad pal saco,
lo mismo me dará dar como ser dado,
que no pienso dejar ná de ná pa los gusanos,
la luna me maúlla pa que yo menee el rabo,

a la altura del perejil se han quedado todos mis sueños,
me hago un vestido con tó lo que he perdido
y ya tiene sentido sonreir,
lleva volantes pa mentir, para ondularme como el trigo,
y así decir, que desde que te has ido
la bailo igual contigo que sin ti,

si intentas comprender mis noches de desvelo
me quieres comprar con puñaos de caramelos,
manojos de perder, con jugo de los charcos,
machaca el almirez, me tienes en tus manos,
y ojalá te vaya bien, y pa pasar el rato
tú siembra para ti, y más cuando me callo,
me callo lo que hay, lo que hay es lo que toca
y pa tocar el corazón es mejor no abrir la boca,

a la altura del perejil se han quedado todos mis sueños,
me hago un vestido con tó lo que he perdido
y ya tiene sentido sonreir,
lleva volantes pa mentir, para ondularme como el trigo,
y así decir, que desde que te has ido
aún nadie me ha vencido,

hoy quiero poner mi reino de despojos en estos lugares,
donde la primera vez pusimos al alba a hacer malabares,
y no he de volver a ver el sudor empañando portales,
me sale tan mal cuando miro hacia atrás…

me abriré las venas, me saldrán palabras,
guárdate el cencerro, pónselo a otra cabra,
que a mí no me cabe, que llevo colgando
demasiadas llaves, todos los quebrantos,

a la altura del perejil se han quedado todos mis sueños,
me hago un vestido con tó lo que he perdido
y ya tiene sentido sonreir,
lleva volantes pa mentir, para ondularme como el trigo,
y así decir, que desde que te has ido…

no me pienso quedar, ni un momento ni un rato,
para planear quién pagará los platos
de mi desespere, mi sofoco,
sé de quién se ha vuelto loco de esperar,
la vamos a tener…

Marea vuelve

Los más puristas y exquisitos seguidores de las guitarras desnudas dicen que son puro márketing hecho para vender y precisamente aparentar que van de outsiders del mundillo discográfico. Pero qué quiere que le diga, señora, a mi los Marea me gustan un rato. Son unos tipos que comenzaron haciendo rock ruidoso, y acabaron por dulcificarlo para que la estridencia viniese de la agrietada voz de su cantante, el Kutxi Romero. Son los dignos herederos de Extremoduro, pero con unas letras nacidas no al calor de la heroina de Roberto Iniesta, sino del talento de su compositor, un Romero que cada día suena a más cascado. Que se vaya cuidando si no quiere dejar cuatro huerfanitos. Pues estos señores de Berriozar (Navarra) vuelven a la carga con su quinto trabajo discográfico, «Las aceras están llenas de piojos», y ya han puesto en circulación su primer videoclip, «Aceitunero». Quizás no sea nada del otro jueves, pero es que en el rock ya está todo inventado, creo yo, y tan sólo queda escuchar historias nuevas con uno o dos acordes cambiados de sitio para que nos parezca diferente y escuchable. Aunque para algunos, lo que representan los Marea va más allá de su música y alcanza el terreno sentimental, que a veces es muy superior a cualquier otro, créanme. Este verano se irán de gira, y yo los recomiendo enfervorecidamente, porque son dos horas de chute brutal de buena música. Y si no los conocen, échenle un vistazo a canciones como «El perro verde», «En tu agujero», «Romance de Jose Etxailarena» o «Que se joda el viento». Si les quedan dudas, ahí llevan el enlace del videoclip.