Más allá de los detalles, yo sí quiero quedarme con alguna reflexión, como se puede imaginar, señora. La Cadena Ser hizo estallar esta crisis que le ha arrebatado a uno de sus más valiosos recursos publicitarios porque trató con arrogancia a Paco González. Era un mensaje tal como «lárgate, porque somos la Ser y sin ti también habrá vida». Luego añadieron, «sin vosotros también». Y cuando su prepotencia les impedía reconocer el error, acusaron a la Cope de «atacar la libre competencia» al fichar a golpe de talonario a sus trabajadores. El tiempo, o mejor dicho, el próximo EGM, dirá quién tiene la razón.
Por encima de todo, da una enseñanza clave en esta profesión periodística: hoy tienes tu abrevadero aquí, y mañana lo tienes allí. Por eso hay que evitar contagiarse de arrogancias varias, bajarse de poltronas diversas, y ver la vida a ras de suelo, sin dramatismo, con más humildad, distinguiendo a empresas y personas. Porque Paco González podemos ser todos algún día, aunque con infinitamente menos fama y ofertas de trabajo cuando nos manden al paro. Y entonces, las lecciones de profesionalidad, las bravatas, la superioridad que te da vender más o menos, los eslóganes convertidos en leiv motiv, quedan reducidas a polvo. Ese día, señora, a ver qué hacen los arrogantes. Ojalá nunca tenga la fortuna de verlo.