Day: 10 abril, 2012

El bífidus

En este complejo y heterogéneo mundo en el que nos movemos, hay quien entiende que su tracto intestinal es una maquinaria de precisión que necesita de estar constantemente engrasada. Así evita herrumbe, rigideces y ruidos en el engranaje. Por ello, han domesticado de tal manera su función gástrica que han convertido las deposiciones en un rito con hora fija día tras día. Como un reloj, los afortunados poseedores de la uretra mecánica acuden con la debida regularidad al trono de porcelana. Esta educación del esfínter evita digestiones pesadas y demás derivados indeseables, tales como inflamaciones angustiosas o periodos de descontrol orgánico que sólo producen malestar e inconveniencias. La herramienta para lograr esta sincronía perfecta, este desfile puntual y ordenado de heces, parece ser el bífidus ese de los yogures, que obra maravillas. La microfauna intestinal ha encontrado con este bicho un nutriente de matrícula para lograr este orden espartano.

Algo así pasa con la literatura. Admiro profundamente al escritor que es capaz de imponerse como disciplina la composición de un puñado de palabras, indiferentemente de la calidad o extensión. El simple hecho de activar la creatividad cada 24 horas y ser capaz de pergeñar cuatro párrafos, de hilar una ristra de ideas más o menos conexas, me produce una envidia malsana. El ejemplo más próximo lo tengo en un reciente visitante de este blog, ex convicto de la carcel del periodismo y reinsertado en la sociedad como escritor, capaz de no fallarle a su público. Cada día, un regalito en forma de pensamientos. Yo quisiera esa regularidad para mí, poseer esa habilidad para encontrar cada día una motivación, una excusa para sentarme delante de esta bitácora y ponerle letra a la música que me rodea. No lo consigo.

Quizás por eso ansío tanto la iluminación divina para hallar las fuerzas y la disciplina con las que componer mi sinfonía literaria particular. Quizás por eso otros puedan presumir de ser escritores, y yo sólo pueda soñar con aspirar a serlo algún día.