La cloaca

Alguien se ha dejado la tapa de la alcantarilla de Twitter levantada. Está llegando una nube fétida, procedente de mentes en completa descomposición, que está corrompiendo el aire. Se hace difícil respirar cuando la gente confunde la libre expresión con el vómito, la discrepancia con el odio, el debate con el linchamiento. Han asesinado a una representante de los ciudadanos, que era elegida en una lista electoral de un partido político en el marco de un sistema plenamente democrático. Ni ella se lo había buscado, ni sus declaraciones o decisiones más desafortunadas justificaban arrebatar una vida, ni hay nada que jalear o celebrar. No mientras seas una persona de bien y no un malnacido.

En días como hoy me congratulo y me reafirmo. Twitter no es para mí. No lo ha sido, no lo será.

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