Pérdidas y sensaciones

Hoy creo que necesito escribir por prescripción facultativa. Llevo de un tiempo para acá sintiéndome vacío. Como que falta algo. Es una sensación puñetera, porque apenas la consigo mitigar un rato entreteniéndome en algún divertimento ocasional. Hasta que hace dos días lo identifiqué. Siento que he perdido algo. Anoche lo vi claro. Noté como al pasar mentalmente de puntillas sobre un tema se encendió la luz de alarma. Tate, ahí estaba. No lo sabía a ciencia cierta, pero consistía en eso, en echar en falta algo que tuve y ahora no. O quizás todavía más cruel, algo que tuve, que no tengo y que jamás volveré a tener. Y no se trata ni de la virginidad ni de más pelo. Entonces claro, ante esos huecos vitales, ¿cómo se reacciona? ¿Orillándolos y esperando que el tiempo los rellene? ¿Intentando sustituir la pieza original con otras? ¿Liándose uno la manta a la cabeza y acudir al anticuario para rescatar lo perdido? Es difícil de decir. Porque hallar soluciones no sea quizás el problema en sí, sino la sensación de que cuando se ha tenido algo y se ha perdido, se interioriza la incapacidad para conservarlo, y ataca un sentimiento de frustración e impotencia grande. Las pérdidas son así, dejan siempre huella, y todavía más cuando del objeto extraviado sólo quedan recuerdos. Tal vez necesite más que nunca irme a Bayona a remojar las ideas en las regatas y abandonar la decoración de interiores, porque las paredes de una casa nunca quedaron bien de oscuro.

2 comentarios

  1. Mal trabajo ese de pintar paredes cuando a media faena notas que te faltan materiales… De nada sirve buscar nuevos proveedores y, en el fondo, saber eso, es lo que hace trabajar en exceso a tu ya saturado "cerebrito" y así estás que no estás! jeje. Pero, ya tú mismo te indicas la mejor solución, ir a la regata y desconectar. No hay mejor remedio para esas semanas "tontas". Un saludo compañero! Nos vemos el lunes

Replica a Fran Cancelar la respuesta